Octubre 2024

327. Golpe al talcotráfico

Mi vieja se permitió tener, en toda su vida, un solo “accidente” (así llamaron al sexo sin cuidado que motivó mi parto; el de mi hermano, en cambio, fue a propósito). Después de ahí, decidió que quería tener control de absolutamente todo lo que pasara. Sobre todo, en lo que respectaba a nuestra crianza. Fue de las primeras mujeres en estudiar...

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326. Infiltrada

Me acuerdo que habrá sido en 1965 cuando me llamó el Gordo Codovilla, en aquel momento secretario general del Partido (Comunista, por supuesto). Me citó en su despacho, a solas, y repitió esa condición unas tres o cuatro veces. Ni bien entré, me dijo que tenía una tarea muy importante para mí, y sacó fotos de unas jovencitas, algo más que...

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325. Vida de jefe

Como tenía paro en el tren, ya desde la tarde anterior decidí que iba a disfrutar el día, a pasarla bien. “Un día como el forro de Roggio”, pensé. Así que me levante más tarde, y ya era de día. Ni me acuerdo el último martes que desperté con el sol ya arriba. La besé a la gorda y nos quedamos remoloneando un poco más en la cama. Después sonó el...

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324. Maniquíes

El nuevo ente recaudador del Estado prometía dejar de ser ese agujero burocrático insoportable, que no provocaba más que críticas, y pasar a ser, finalmente, un organismo a la altura de las expectativas del gobierno: algo así como un arquero sin manos, cosa de lograr que los impuestos dejaran de afectar la economía de los individuos. La decisión...

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323. Escucha selectiva

—Necesitaríamos unos mil millones de dólares para comenzar el proyecto. De lo contrario, el grupo dice que se va a invertir en Brasil, Chile, Perú —cerró su explicación Álvaro Figueroa, experimentado representante en la Argentina de un pulpo internacional, mientras se limpiaba la boca después de haber terminado la ensalada de camarones. —Claro,...

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322. Nuevos cortes

El domingo fuimos a lo de mi suegro. Casi siempre vamos a almorzar y nos quedamos toda la tarde hasta que se queda dormido de borracho, y ahí siempre Sole lo reta y le dice que está viejo. Yo le digo “dejalo, negra, dejalo”, porque el tipo laburó toda la semana. El único gusto que se da es ir a la cancha el sábado a la tarde. Siempre que llegamos...

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321. Gobierno sanador

Miles de almas se amontonaban y aplastaban entre sí contra el escenario. Algunos con alcohol, otros con drogas, y otros con la mera ilusión de las creencias, se sometían a un estado de trance y vivaban al hombre que, desde allá arriba, se encargaba de ejecutar los milagros designados por Dios. El escenario se había montado en la Avenida 9 de...

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320. Los valores vienen de la casa

Puta madre, este número no me sale. Voy a servir un poco más de aguardiente para que patine la fricción de las neuronas hasta que salga. El camino a la cocina es una penumbra terrorífica. Pero no puedo llevar el candelabro porque, a veces, es peor ver todo lo que cuelga, repta, chirria por ahí. Esa fiebre de mierda me ha dejado solo contra el...

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319. Vivienda ambulante

El mismo golpe que se había llevado puesto el padre de Tiziano y le había quitado la vida, era el que le traía algo de suerte, entre tanta malaria, a su futuro. Con su padre no tenía vínculo desde el fallecimiento de su madre, que era la única que podía juntarlos sin que se putearan cuando Tiziano era boludeado por su padre por hacerse hincha del...

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318. Hundido a fondo

Y todo será fuego, y donde no sea fuego, será agua, y donde no sea agua, será tempestad de vientos sofocantes, cargados de humo y nieve. Ni bajo el cielo teñido ni aún bajo la tierra habrá refugio, ni para los muertos ni para los vivos. Quizás Dios no juega a los dados con el universo, pero el hombre sí. De un lado los perros, las liebres, los...

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317. Mancha

La imperiosa necesidad del Estado de ahorrar energía eléctrica (y presupuesto) había derivado en el retiro o apagado de semáforos. Una decisión que entorpecía el tránsito a más no poder, al mismo tiempo que provocaba accidentes. El colectivo, acostumbrado a imponerse por tamaño, arriesgó a que Rómulo frenaría su auto. Pero no fue así, y el...

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316. Ataúd

Cuando terminó el mandato, el presidente se sentía satisfecho. Había logrado, en la medida de sus posibilidades, transformar el país hacia el modelo que él deseaba. Había costado sangre, sudor y lágrimas, además de mucha bronca y resistencia contra sus planes de reestructuración del Estado y la economía. En la Quinta de Olivos se había organizado...

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315. Mudanza

Y otra vez los bocinazos, la batucada y el dele que te dele de los cantitos contra el gobierno, que ya ponían loco al pobre Durán, quien, vestido todavía con pantuflas y un pijama compuesto a base de ropa vieja, se disponía a desayunar acompañado de su hermana. —Yo quiero un café con energizante, por favor —solicitó Durán al mozo. —Yo un caramel...

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314. Balneario

Román, sentado en una reposera bajo una sombrilla que alquilaba por día en el balneario, miraba el mar de pieles y arena frente a sí que antecedía al mar de agua del fondo, cuando su esposa Laura le pidió que fuera a comprar los sanguchitos que vendía el parador y algo para tomar. —¿Me acompañás, Quito? —le preguntó a su hijo, que jugaba con un...

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313.2 Prócer

Nos enseñó que se podía controlar la economía y trajo el uno a uno. Nos ayudó a conocer el exterior. Nos mostró que se podía gobernar para pocos y ser simpático para muchos. Nos dio relaciones carnales con Estados Unidos y nos hizo conocer cantidad de golosinas y snacks. Logró que la Corte Suprema funcionara rápido. Nos dijo que íbamos a...

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313. País de burros

El Rubio paró a descansar en la plaza. A toda hora estaba repleta de repartidores, de moto, de bicicleta y hasta de camioneta. Siempre se encontraba con alguien cuando paraba ahí. Se sentó a fumar una seca en un banco, solo, y al toque vio que llegaba su amigo el Negro. —Amigo, ¿qué onda? ¿Qué andás llevando ahí? —lo saludó. —¿Qué onda, Rubio?...

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312. Visionaria

Pitia, como se hacía llamar Azucena Colombo, profesaba de adivina en un pequeño rancho construido en las afueras del pueblo de Vedia. Tras estafar a un pasajero del tren mediante el truco de las tres cartas, en medio de la persecución del estafado, saltó del vagón y se escondió en un bosque, cuando apenas había algunos autos por aquella zona. En...

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311. Juego sucio

El otro día me llamó el Noni para ver si me quería sumar a su equipo en un torneo de acá del Club Gigantes Liliputienses, que se jugaba entero en un fin de semana, partidos cortos, en cancha de siete. Yo venía medio choto porque me habían echado del laburo, y tenía que buscarme algo antes de que los piojos me comieran a los nenes. Pero bueno,...

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310. Derecho aplicado

Qué desesperación mi primera causa, la puta madre. Cuando decidí dejar de ser mecánico y volverme abogado lo hice, en realidad, para ganar más plata. Yo veía los coches que traían los abogados al taller y soñaba con poder tener una máquina así algún día. Fueron años largos y duros como las vías del tren. Tuve que trabajar menos para poder cursar...

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309. Paga Dios

“Gracias por las cervezas, disculpen las molestias y que Dios se lo pague”, decía el mensaje que escribimos en una servilleta cuando nos escapamos, sin pagar la cuenta, de aquel bar de San Telmo una noche infinita del verano del 2007, cuando todavía se podía respirar en el verano porteño. Orquestamos el escape lo más prolijo posible: el Flaco...

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