630. Maestro

28 de agosto de 2025 | Agosto 2025

Delfina ya se había alejado de la mesa familiar y se había tirado con el celular en el sillón a pasar el tiempo en redes. El encuentro era en la casa de su tío abuelo en Temperley, por el festejo de su cumpleaños. Pasó unos minutos sola, tranquila, hasta que se acercó su primo Nicolás, de cuarenta años, casi el doble que ella, y se sentó a su lado.

—Delfi, me enteré que estuviste mirando números del mercado y las finanzas —se introdujo con una sonrisa amable.

—Sí —Delfina se acomodó ella en el sillón no tan despatarrada como estaba hasta ese momento—. Tengo ahí un poco de plata invertida. Qué sé yo… No entiendo mucho, pero voy aprendiendo.

—¿Y te gusta? ¿Querés estudiar economía? —se intrigó Nicolás.

—Eh, no. Prefiero seguir en Relaciones de Trabajo —contestó ella para nada convencida.

—¿Y cuánto tenés invertido? —preguntó Nicolás, bajando el tono de su voz.

—La herencia del abuelo. Papá nos dio tres mil dólares a cada uno, y yo la metí ahí.

—Buenísimo, Delfi —festejó Nicolpas—. ¿Qué compraste?

—En realidad, por ahora, solo compré acciones de YPF —dijo Delfina avergonzada—. Porque, como estoy yendo de a poco y no quiero apostar a nada muy riesgoso, viste. Y le pregunté a papá y me dijo que estaba bien YPF porque… Es grande, tiene Vaca Muerta, petróleo….

—Re, sí. Pero por ahí no te va a dar tanta rentabilidad eso. Capaz que sí, pero no ya. Hay otras cosas que sí te la pueden dar ya —aseguró Nicolás, mirándola a los ojos y gesticulando como si su mano estuviera cargada de billetes.

—¿Y qué puedo hacer? —preguntó ella, entusiasmada por haber encontrado a alguien que podía asesorarla en el momento, y no tener que procesar datos de los youtubers para comprender qué estaba haciendo. Ella solo quería la plata.

—Mirá —Nicolás levantó una mano en el aire como si detuviera una marcha inexistente de su prima y sacó su celular. Tocó la pantalla algunas veces y se la mostró—. Esto lo conocés.

—Sí, esos gráficos son el valor de las acciones de… —contestó Delfina como si estuviera en un examen y buscó en la pantalla a qué correspondía—. Libra. La cripto —luego miró el gráfico con detenimiento—. ¡Subió un montón!

—Sos rápida, eh —la felicitó Nicolás—. Sabía que te ibas a dar cuenta. ¿Viste cómo subió? Bueno, eso es todo lo que yo gané ahora.

—¿En serio?

—Y claro. Yo compré a mucho menos y ahora vale una fortuna.

—¿No era una estafa?

—¿A vos te parece que una estafa sube así? —dijo Nicolás mientras se reía burlón y volvió a mostrarle el gráfico de ese mes de la moneda—. Esto lo chequeó la justicia americana y dijo que está bien. A ver… Por algo sigue publicado.

—Claro, es verdad —asintió Delfina.

—Bueno, boluda, yo ahora estoy queriendo invertir en un proyecto de un amigo… Nada, muy largo para explicarlo ahora. Otro día que nos juntemos te cuento bien. Pero la cuestión es que necesito la guita —Nicolás se inclinó hacia ella y cambió el tono a uno más secreto—. Así que estoy necesitando vender mis Libra. Si te parece, te las vendo a vos —cerró Nicolás echándose en el sillón y haciéndose el relajado—. Los mil quinientos que te quedan.

—Pero más vale, Nico. Gracias —sonrió ella.

Compartí este pasquín

¿Querés recibir un correo electrónico con los pasquines que se publican en el blog?

Suscribite completando tu nombre y correo electrónico.

Loading

Importante: Te va a llegar un email que tenés que abrir para confirmar tu correo.