572. Instrucciones para quebrar un banco

10 de julio de 2025 | Julio 2025

En primer lugar, toca reconocer que existen diversas maneras de llevar un banco a su quiebra, pero hoy quisiera concentrarme en aquellas dos que se logran interviniendo completamente desde fuera de la estructura de la entidad que se desea quebrar. Queda, entonces, excluida la posibilidad de que se trate de una artimaña de los dueños para quedarse con la plata de sus clientes.

Para empezar la tarea, resulta fundamental saber cuál de todos los bancos se intentará atacar. En este paso, suele recomendarse elegir bancos privados y que no tengan tantos clientes o, en su caso, tener en cuenta que, a mayor cantidad de clientes, más difícil será.

Que el banco sea privado disminuye las posibilidades de que un salvavidas de dólares llegue desde el gobierno a cargo del banco —maniobra prácticamente ineludible en un banco público—.

Elegida la víctima, el paso siguiente consiste en buscar compañía. Es imposible, sin ser multimillonario, hacer quebrar un banco uno mismo. Para el común de los mortales, la tarea debe llevarse a cabo sí o sí de forma colectiva.

Una vez reunida la mayor cantidad de gente posible, comienza la misión de convertirlos en clientes y solicitar tarjetas de crédito. Para eso no hace falta más que un documento, demostrar un domicilio y determinada cantidad de ingresos.

El paso anterior debe realizarse en el plazo de un mes, aproximadamente. El banco no debe advertir que emite tarjetas de crédito cuyos gastos no podrá cubrir.

Al mismo tiempo, las personas comprometidas con el plan deben desapoderarse de cualquier bien que tengan registrado, ya sea una casa o una moto. Alcanza con pasarlos a nombre de otra persona. Es preferente también, no tener demasiadas cosas caras en casa.

Para cuando el banco ya haya emitido todas las tarjetas de crédito, serán meses consecutivos de gastar hasta el límite y no pagar siquiera un centavo al vencimiento del mes.

Mientras tanto, debe seguir convocándose a clientes del banco que quieran sumarse. Resulta ideal hacerlo sin tanta publicidad, sino más bien en un boca a boca.

Para garantizarse la victoria, es imprescindible contar con aquellos que hayan recibido créditos personales o hipotecarios. También deben evitar pagar un solo peso de las cuotas y, de ser necesario, cobrar su salario en negro algunos meses.

Al cabo de varios meses, cuando el banco ya no tenga modo de pagar las deudas de los excesivos consumos realizados, no tendrá otra alternativa que presentarse a convocatoria de acreedores. Unos meses en la misma situación y, ojalá, llegará la quiebra.

Después de lograr el objetivo, es muy probable engolosinarse y buscar una nueva víctima y así avanzar hasta liquidarlos a todos. Un poco más y, de tanto éxito, brotarán los deseos de acabar con el capitalismo, sabiendo a esa altura que no es invencible.

La otra opción consiste en entregarle el gobierno a un lunático que pulverice los salarios de aquellos usuarios de tarjetas de crédito y rompa el sistema de crédito que siempre funcionó para que los banqueros se frotaran las manos ante cada día de retardo en el pago.  

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