La mañana estaba bastante cargada para el Jefe de Gabinete, que todavía se preparaba para ir al Congreso a exponer sobre la gestión. Al mismo tiempo, se dedicaba a dar notas en medios afines y críticos. Entre tantas cosas había pedido que nadie lo molestara, salvo que se fuera para llevarle el café y las dos medialunas con jamón y queso que desayunaba.
—Doctor, disculpe —se asomó un asesor que traía una bandeja.
—¡Uriel! Qué alegría que me das. Vení, pasá —dijo después de oler las medialunas, mientras hacía lugar en el escritorio para desayunar tranquilo.
—Acá le dejo —Uriel presentó el desayuno con tono amable y, por último, sacó una carpeta azul de la bandeja que intranquilizó al Jefe de Gabinete—. Y, por acá, le traigo el informe de AySA por el Sistema Riachuelo, que…
—¿El qué?
—Se terminaron las obras de saneamiento que se estaban haciendo en el Riachuelo y este es el informe final, digamos… —contestó Uriel, relajado.
—Pero, ¿vos me estás cargando, pendejo? ¿Me querés cagar el desayuno? —dijo el funcionario, lento y tranquilo—. ¿Son obras nuestras?
—Claro.
—¿Y estuvimos poniendo mucha plata?
—No tanto, casi todo fue previo a nuestra gestión pero nos dejaron el gol para que lo cantemos nosotros —sonrió Uriel.
—¿Vos te das cuenta que para el presidente podemos haber estado gastando plata que no es nuestra? Y, encima, para gente que… andá a saber si se lo merece…
—Sí. Disculpe, doctor, yo no le quería traer malas noticias, pensé que sabía…
—Igual, a ver. ¿A cuánta gente benefició?
—Más de cuatro millones.
—No te lo puedo creer —el Jefe de Gabinete se echó para atrás y se tapó la cara con las manos—. Es un montón de gente, no lo podemos ni esconder.
—No, solo se puede aprovechar.
El Jefe de Gabinete lo miró en silencio, con los labios envueltos en su boca. Cerró los ojos, negó con la cabeza y suspiró. Luego, como resignado, confirmó:
—Bueno, ya está. Lo único que queda es esperar que pueda convencer al presidente de que esto nos va a levantar la imagen —dijo mientras cruzaba los brazos—. Decí que es año electoral que, si no, estaríamos buscando laburo.
