555. Negrofobia II

23 de junio de 2025 | Junio 2025

La ministra recorría las oficinas de su ministerio embelesada con las primeras pruebas del proyecto de seguridad a su cargo. Hasta habían importado carros de asalto, cuatriciclos, armas ultrasónicas, armas de fuego de última tecnología y gran variedad de instrumentos de espionaje. En cada oficina que entró, la ministra, a modo de broma, se presentó refiriéndose a sí misma como “el sheriff”.

A pesar de que el nuevo sistema tenía apenas días, ya había recibido felicitaciones de parte de sus jefes, y también el presidente le había enviado su propia felicitación mediante redes, después de ver la publicación de la Embajada.

En eso estaba, dele tomar mate y comer las galletitas de los empleados en cada oficina, cuando su secretario la interrumpió:

—Ministra, es la Delegación Oeste de la Provincia de Chaco —le ofreció el teléfono el secretario—. Están insistiendo con que necesitan hablar urgente.

—¿Qué pasa? —preguntó la ministra a aire, mientras se llevaba el teléfono a la boca y ni el secretario ni el oficial chaqueño se sintieron interpelados—. ¿Hola? —saludó, ahora sí, al teléfono.

—Buen día, ministra, un gusto saludarla —se escuchó una voz trémula al otro lado—. Disculpe que le interrumpa, pero en la Superintendencia no nos dan respuesta. Es por la ejecución del nuevo proyecto en Sáenz Peña, que…

—¿Dónde? —interrumpió la ministra.

—Sáenz Peña, Chaco. Se da la situación que, siguiendo las directivas del manual que nos entregaron del Febeí, estamos que… no nos entran más detenidos en el destacamento. Y ya se nos están quejando acá los de los derechos humanos.

 —¿Cómo era su nombre? —preguntó la ministra.

—Subcomisario Salerno.

—Comisario, ustedes no tienen por qué darle bola a los de los derechos humanos esos, que… —la ministra agitaba una mano en el aire—. Que se quejen lo que quieran, pero, digo… ¿ustedes están procediendo como dice el manual?

—Sí, señora, nosotros detenemos a todos los que tengan nivel de melanina siete para arriba, como dice el manual —aseguró el subcomisario—. Nomás que acá… hay bastante.

—Lo que dice el manual es lo correcto, Zalduendo —resolvió segura la ministra—. Ustedes procedan como dice ahí.

—Muy bien, señora, entonces… continuamos con el procedimiento. Lo que sí, nomás, le quería consultar… Algunos de los detenidos dicen que son policías también, pero de la provincial. ¿Quiere que, por lo menos, a esos…? —Salerno dejó el interrogante en el aire.

—Como dice el manual, Salcedo: nivel siete es reducción y detención. Nivel ocho es reducción violenta y detención; el nueve, disparo y el diez… solo Dios lo salva. Así se hicieron las potencias.

—Muy bien, señora —contestó Salerno—. Que tenga buen día.

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