514. Más veneno

10 de mayo de 2025 | Mayo 2025

Emiliano había alcanzado lo que él consideraba éxito a sus cuarenta y ocho años, como guionista de la serie Tinieblas, que contaba la historia de unos narcotraficantes violentos y despiadados y su abierta conquista del poder en la Provincia de Córdoba a sangre y fuego, donde su protagonista, Gonzalo Ranieri, tiene deseos de convertirse en caudillo, amo y señor de la provincia, sin negociar con los anteriores dueños del poder.

Por tener una buena historia, desconocidos actores cordobeses que resultaron excelentes y no tener casi nada de competencia, la serie rompió las métricas de la televisión.

El canal no tenía ficción nacional en ningún horario y haber apostado por Tinieblas en un horario central era una jugada fuerte, que le había salido bien. Existía un público que no sabían que estaba al otro lado de la pantalla, abandonado.

De ahí que a Emiliano lo convocara Horacio Gainza, director del canal, para felicitarlo por su éxito y para proponerle participar en una nueva serie a producirse pronto, con más presupuesto y elenco que hablara en porteño.

Cuando estaban por terminar la conversación al respecto y cuando Gainza ya había dicho que tenía que dirigirse a otra reunión, quiso indagar sobre los próximos capítulos que se venían, los que cerrarían la historia.

—Y, ahora creo que se van a venir buenas noticias, porque voy a hacer que Gonzalo muera en un operativo conjunto organizado por los comandantes de las fuerzas y la provincia vuelve a su estado original.

—¿Cómo? —se alteró Gainza—. Emiliano, no me hagas dudar de todo lo que te acabo de proponer.

—¿Por qué?

—¿Cómo por qué? A la gente no importan las buenas noticias. Le gusta tener alguien a quien odiar, un buen enemigo. Eso que decís vos es de la tele del siglo pasado, donde las historias terminaban bien. Ahora no.

—Pero ya los tengo escritos, estamos a punto de filmarlos… Son buenos capítulos.

—Entonces te vas a tener que apurar a cambiarlos. Le dimos de comer odio al público y hay que seguir así… Es como en la política, Emiliano. Hay que darle más poder al villano, para que haya un motivo que haga que los personajes que supuestamente nos defienden sigan ahí.

—Pero, Horacio, me acaba de proponer sumarme a otro proyecto, otra serie.

—No entendés mucho del negocio. Ahora le quitamos al público esta batalla contra el narco. Si aclaman para que siga, redefinimos y la continuamos. Y, si no, buscamos otras historias de odio. Una de periodistas me gustaría —dijo Gainza y achinó los ojos—. Andá pensándola —cerró la conversación y señaló la puerta.

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