La noticia del otro día me agarró en Miami, que justo estaba ahí, me había tomado el finde largo y unos días más y me fui. De paso, dije, me junto con algunos empresarios de allá, que el asesor este Pedro me había conseguido una reunión. Gente del acero y de la petroquímica, petrolera, algo así. No te digo grosos, pero más o menos.
Aparte, como nosotros tenemos departamento allá, ¿viste? Aprovecho que estoy tranquilo, allá, que me encanta y no está la bruja para romperme las pelotas. Tiene una vista… bellísima. Y siempre tengo buena bebida ahí. La próxima te llevo, venite. Te aviso y te venís.
Bueno, estaba ahí, en Miami, justo comiendo un brunch fenomenal, porque me había acostado tarde, y el mozo del bar, un venecubano, una cosa así, se acerca y dice:
—Disculpe, don. Usted es argentino, ¿verdad?
—También tengo nacionalidad española, pero soy argentino —contesté.
—Lo lamento mucho, señor.
—Yo también. Pero vos, ¿por qué?
—Por la muerte del Papa —me dice.
No te voy a mentir, al principio me impactó; después, me alegró; y al final, me amargó.
Es que de ahí me fui para el hotel, puse la tele de fondo donde hablaban del Papa mientras yo me preparaba para la reunión. Escuchaba, así, de fondo nomás, lo que decían. Parecía que hablaban de Jesús. Un horror.
Y cuando llego a la reunión, estábamos ahí en el salón por acomodarnos y viene uno y me dice… todo esto en inglés, te lo traduzco, pero… in english:
—Qué lástima lo del Papa, Bertie.
—Sí, bueno… era viejo —le digo yo y sonrío.
—¿Vos lo conociste? En la tele decían que fue muy importante para la Iglesia católica y también para los argentinos —dijo otro.
—Sí, la verdad que fue muy groso el tipo —contesté yo—. No lo conocí, pero… es verdad que hizo de todo.
—¿Qué hizo para que lo quieran tanto?
—Y… tendríamos para hablar un día entero, te juro. No sabría decirte una sola…
—La más importante que te acuerdes.
—Es cierto que él era comunista, pero la verdad que a Massa le tiró en contra siempre, y a Cristina no me acuerdo qué le había dicho, también. Así que sí, un genio. Si les parece… —y ahí sí, me senté, como para empezar una reunión.
