359. Roxana Porchelana

3 de diciembre de 2024 | Diciembre 2024

La crisis se hacía notar en la cooperativa Peor Es Ser Gorra, una banda de amigos de zona sur que había empezado a trabajar en el delito después de que la empresa en la que trabajaban los despidiera a todos. Ni siquiera tenían para cumplir su ritual de compartir un porrito y unas birras en cada asamblea.

La organización se había constituido como cooperativa porque nadie quería ser mulo de nadie: todos debían repartirse lo que había en partes iguales, bajo un pacto tácito de que todos tirarían para el mismo lado como hermanados por la miseria.

A ninguno le sobraba nada, salvo alguna que otra boca infantil para alimentar en la casa a los que tenían hijos. Dichosos aquellos que usaban preservativo.

Las reuniones se hacían en la casa del Chino, que tenía un patio donde podían ranchar tranquilos y donde, en alguna buena época, se tiraba algo a la parrilla para compartir.

Ese día, antes de que comenzara la asamblea, antes de que el Chino llegara, se encontraron Alexis y Cristian en ese patio. Armaron un fernet con lo poco que quedaba y el culo de una gaseosa medio pelo que tuvieron que diluir en agua.

—¿Qué onda amigo? ¿Cómo te fue esta semana? —preguntó Alexis, con un tono que dejaba ver que la suya había sido mala.

—Como el orto, boludo. Ni viene la gente. Salí a vender yo, con algo encima, ¿viste? Bajé la bolsa de merca al costo porque si no, se nos va a poner vieja la que tenemos. La corté un toque más, como para zafar. Pero ni así vendí. Y porro un poquito, pero no llegué a sacar nada.

—¿No trajiste un mango?

—Y no, boludo, tenía que comer, no me quedó me quedó nada —se excusó Alexis con los hombros.

—Uh, boludo. Se va a poner perro el Jony —Cristian hizo una mueca de dolor.

—¿A vos te fue bien?

—¿Lo qué? —contestó Cristian, agudo—. En este país no se puede ni afanar. Estoy tratando de convencer a un loco para que me arme una punta en un country, que ahora es casi imposible. Yuta en serio tienen, uno por cuadra.

—¿Sacaste un poco?

—Re poco. La competencia está al palo y no hay laburo real, Ale. Fui a apurar unos pibitos ahí en la plaza del barrio el otro día. Muestro así el fierro como para apurarlos, y ni se mosquean. “No tenemos nada”, me dicen. Los reviso y era posta.

—¿Las zapatillas?

 —Bueno, boludo, eso. Ropa ni tenían, los bolsillos todos agujereados, hasta uno estoy seguro que tenía frío. Le digo “dame las zapas”. Me dice “no tengo”. Le digo “esas que tenés puestas”. Y cuchá… “están dibujadas”, me tira. Les miro bien las patas y boludo, posta, estaban pintadas las llantas. Boludo, turistas o countrys, es lo único que paga. Ya después, todo chorro, todo transa.

Compartí este pasquín

¿Querés recibir un correo electrónico con los pasquines que se publican en el blog?

Suscribite completando tu nombre y correo electrónico.

Loading

Importante: Te va a llegar un email que tenés que abrir para confirmar tu correo.