27. Almacenero fiador

17 de febrero de 2024 | Enero 2024

Ya se había hecho costumbre. A Santiago no le daba vergüenza aparecer en el almacén del barrio con los bolsillos vacíos de dinero a jugar a una financiación de lo que él necesitaba comprar. Eso sí, se fijaba los precios de los productos para elegir siempre el más barato, pero claro que no se llevaba los fideos sin lo necesario para la salsa ni la cerveza o el vino sin algo para acompañar.

La escena se repetía:

—¿Cómo andás, Santiaguito? —preguntaba el almacenero mientras hacía la cuenta de los productos.

—Todo bien. Todo bien —contestaba bajito con las manos en los bolsillos ahorrándose las palabras.

—Dos mil quinientos todo —sentenciaba el almacenero que lo miraba por encima de los anteojos y se quedaba callado.

—Rubén te quería decir si… no podrás por hoy…

—Otra vez fiado.

—Sí, muchas gracias Rubén.

—¿Qué muchas gracias? Santiago tu cuenta es enorme, no la cancelás nunca.

—Si el otro día te pagué —encogió los hombros y puso tono de queja.

—Ni siquiera el veinte porciento del total pagaste.

—No, pero… si ya te dije que te voy a pagar.

—¿Cuándo?

—El otro día te dije, ¿no te acordás? 

—No me tomés por boludo. ¿Cuándo me vas a pagar?

—Cuando pueda, Rubén. Seguro que ya pronto te voy a cancelar toda la deuda. En cuotas, por supuesto. 

—Cuando traigas lo que me debés va a valer la mitad.

—Pero no, Rubén. Te voy a dar mucho más. Como tres o cuatro veces lo que te debo, en dólares —asintió seguro y con una seriedad extrema.

—¿Y de dónde vas a sacar tanta guita? 

—Mirá. Ese es tema mío. Lo que a vos te tiene que importar es que sea como sea, te lo firmo, te voy a dar todo lo que te digo. Hasta capaz que ya… a esa altura… me puedo sacar un brazo o un pulmón, lo vendo y te pago todo.

—Uf, sí. Menos mal que me lo firmás que si no, no te lo puedo cobrar —en esa frase, Rubén levantó un enojo acumulado de meses—. Andate, mirá, antes de que te cague a trompadas. Y la próxima traé guita porque no la contás —terminó de gritar mientras Santiago se escapaba del almacén.

Compartí este pasquín

¿Querés recibir un correo electrónico con los pasquines que se publican en el blog?

Suscribite completando tu nombre y correo electrónico.

Loading

Importante: Te va a llegar un email que tenés que abrir para confirmar tu correo.