283. Sonrían para la foto

19 de septiembre de 2024 | Septiembre 2024

“Todos los años la misma historia”, repetía mi viejo, año tras año, en cada fiesta familiar. Y varias veces en cada fiesta, no fuera cosa que nos olvidáramos. Siempre odié las fiestas por lo falso. Como si llegar a fin de año fuera un motivo de festejo. Eso es para los pobres. Si serán chotas las fiestas que le tuvieron que inventar regalos. Y, en mi familia, ni así las disfruto.

El día arrancaba bien temprano, con la música ochentosa de mi vieja al mango. Ella bailaba, como si fuera un día especial. Desde ese momento en adelante, sin importar si la reunión era en nuestra casa o afuera, arranca una catarata de órdenes.

A eso de las seis o siete de la tarde ya casi estábamos en familia, o a punto de estarlo. Mi cara de orto siempre inocultable. Gracias a Dios desde chiquito tuve celular o tablet, como para distraerme un poco.

La comida, también, una mierda. Algunas cosas me gustan, pero pocas. Solamente un par de veces me hicieron hamburguesa con papas fritas, porque era chico y hacía mucho berrinche. Ahora ni me dan ganas de patalear porque me tratan de boludo.

Eso sí: lo peor de todo es la familia. Sobre todo mis primos. Tengo primos boludos y primos forros. A los boludos los ignoro; los forros son más difíciles. Ellos vienen y me cargosean, me toquetean, me dicen “ay el trolito se tiñó el pelo”, y cosas así.

Lo mejor de las fiestas es escabiar. A escondidas, para que no me caguen a pedos mis viejos, ni se enteren. Salvo en el brindis, ahí sí está permitido y tomo todo lo que puedo. De paso, si después me queda olor a alcohol, digo que es por el brindis y listo. Unos pelotudos…

Los regalos de navidad, siempre una mierda. Mis viejos nunca quisieron darme cosas caras ni buenas porque hacían eso para mi cumpleaños, nada más.

Y después, para cerrar las fiestas, la ronda de fotos. Qué fotos de mierda. Yo nunca quise sacarme, si son todos una basura. Esas sonrisas falsas como camiseta comprada en Once…

Al principio me escondía, pero después, cuando volvía a aparecer, mi vieja decía “ay, ahí estabas, vení que te vamos a sacar unas fotos con la familia”. Al pedo.

En las fotos con mis primos siempre salgo con cara de sorpresa porque me están metiendo un dedo en el culo en el momento justo. No fallan, no sé cómo saben cuándo hacerlo.

Después, la foto con el tío Osvaldo, que no sé por qué siempre se quiere sacar foto conmigo. Viejo choto, estoy esperando que se muera para no sacarme más fotos con él. Igual, aunque sea falso y solamente para que no me reten, sonrío.

Compartí este pasquín

¿Querés recibir un correo electrónico con los pasquines que se publican en el blog?

Suscribite completando tu nombre y correo electrónico.

Loading

Importante: Te va a llegar un email que tenés que abrir para confirmar tu correo.