205. Casi sin picante

2 de julio de 2024 | Julio 2024

—Ay, ¿cómo estás Richard? —saludó Nina, la modelo informante del clima en el noticiero, a uno de los directores del canal, cuando se lo cruzó en el pasillo, justo en la puerta de su oficina.

—Hola, Nina, hermosa. ¿Cómo te va? —le contestó Ricardo, apenas salido de la oficina, después de darle un beso cariñoso. Él la había elegido de un catálogo de la agencia de modelos para contratarla y soñaba con su figura, a la que accedía apenas a partir de un toqueteo respetuoso de brazos, hombros, rostro, espalda y, como mucho, cintura, cerca de la frontera trazada por el cinturón.

—Bien, por suerte —ella siempre sonreía, casi nunca genuina—. ¡Por irme a la modista para el vestido de los premios!

—Ah, muy bien. Ojalá uses algo… llamativo —acercó el mentón al suelo, apuntando con la frente a Nina, y una mirada sugestiva, que acompañó engrosando la voz.

—Ay, Richard —Nina se hizo la pudorosa y cerró con una risa demasiado aguda y breve—. Qué lástima que Ari no puede venir, ¿no? —e hizo una mueca de lástima.

—¿Cómo que no? —se alteró Ricardo.

—Sí, algo de que porque va Mario Orellano… —contestó ella y miró a su reloj—. Me tengo que ir ya, estoy apuradísima, Richard —y le dio un beso cerca de la boca.

Justo detrás de ella, por el pasillo, se acercó Ariel, al que Ricardo invitó a entrar en la oficina.

—¿Cómo es eso de que no vas a los premios? —preguntó cuando los dos habían tomado asiento.

—Ah, ¿te contó…? —dejó sin terminar la frase—. No, pasa que… En realidad, voy a estar en la zona, porque es el cumpleaños de mi primo, pero…

—¿Te molesta que vaya Orellano, o qué? —preguntó Ricardo sin vueltas.

—Eh… creo que lo mejor es aquietar las aguas entre nosotros, porque…

—La cosa es así —volvió a interrumpir Ricardo—. Si vos no vas, es probable que tengas que dejar el canal.

—Bueno, igual, mis seguidores me miran a mí —contestó él, algo engreído.

—Sí, por supuesto. A lo mejor, tus seguidores van a volver a verte en tus redes, pero lo que es la televisión, el contrato millonario, la llegada que tenés desde acá… no se van con vos. Y nos vas a hacer perder plata a todos. Volverás a ser el puteador de redes que se hace el loco para llamar la atención. Ahora andate y fíjate si encontrás un par de cojones en el camino —cerró Ricardo y volvió a mirar el monitor.

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