El partido había terminado 1 a 0 en favor del local Nueva Era, con un gol del Gringo Armin, contra el Club Atlético San Toranzo de Almagro, donde era ídolo el Tanque Fernández. El Tanque no era goleador histórico por poco, pero había campeonado en prácticamente todo lo que había competido. Eso sí, sus últimos años dentro de la cancha habían tenido pocas alegrías. Por su parte, el Club Nueva Era había ingresado a la categoría hacía poco, pero ya había salido campeón gracias a los goles del Gringo Armin.
El partido había sido malo. Poco fútbol, mucha falta, incluso pases mal dados, como si ambos equipos jugaran más en contra de sí mismos que del rival. En la transmisión oficial televisiva habían elegido como figura a Armin, por ser autor del gol, pero el jugador esquivó al periodista que cubría a Nueva Era, y se mandó al vestuario. Cuando el periodista levantó la cabeza, solamente quedaba el Pichi Logroño del equipo ganador.
—Bueno, se nos escapó el Gringo, pero tenemos acá al Pichi que es el que tiró el pase anterior al pase de gol… o el anterior —lo presentó el periodista a sus compañeros de la cabina.
—Buenas noches, Pichi —saludó Enrique, el relator—. ¿Se van conformes con el resultado? ¿O se pudo haber jugado mejor?
—Buena noche. Sí, el resultado en realidad no refleja nuestra superioridad… que fuimos… superiores todo el tiempo y me quedo corto si ganábamos cuatro a cero.
—¿Qué tal, Pichi? —saludó Emiliano, el comentarista—. Yo conté dos remates al arco de su equipo. Es verdad que ganaron, pero el partido no ofreció muchas ocasiones de gol. Para ningún bando.
—Bueno, será como vos decís… para mí podíamos haber ganado por mucho más.
—¿Este es tu primer año en primera división, verdad, Pichi? —preguntó Enrique—. Vos ya jugaste algunos años en el ascenso, ¿cómo se siente la adaptación?
—Bueno, estamos trabajando, con el grupo… —se inmovilizó un instante como si se hubiera puesto pausa a la pantalla hasta que reactivó su movimiento—. Yo lo que quería decir era que a lo mejor ya es hora de que el Tanque Fernández se retire… ¿no? Creo que hay otros jugadores… como acá el Gringo que ya muestran que el fútbol ya tiene continuidad.
—¿Que se retire el Tanque? —se sorprendió Enrique.
—No está metiendo goles… y le está haciendo mucho daño al fútbol. Mismo a su club, mirá la gente en sus partidos, que…
—Perdón, Pichi, que te interrumpa —lo cortó Emiliano—. Lo hago más que nada por vos. Muchas gracias, Chino, por haber conseguido la nota, y fijate si no está el Tanque por ahí, que si lo llega a escuchar a este pibe… bueno, no tan pibe, ¿no? —se corrigió.
—Eso te iba a decir —afirmó Enrique—. Las cosas que hay que escuchar. Nos despedimos. Muchas gracias por acompañar esta transmisión. Hasta la próxima.
