¿Alguna vez te imaginaste cómo sería vivir en la mansión más grande de Constitución? Vení, acompañame que te muestro este palacio de más de treinta mil metros cuadrados, que tiene casi ciento cincuenta años de historia y es todo un ícono de la historia de este barrio.
Entramos por estas puertas de hierro, recién restauradas, de las cuales algunas fueron bloqueadas y quedaron como puertas de fantasía. Además, la propiedad cuenta con entradas por las puertas de las calles laterales, Lima y Hornos.
Una vez adentro nos encontramos este hall de distribución inmenso, con un techo en arco de casi veinticinco metros de altura, totalmente iluminado por los tragaluz y los ventanales estilo victoriano.
Seguimos por acá y tenemos una antigua bajada al sótano, que donde se facilitaba una conexión con el tren subterráneo pero ahora quedó únicamente de decoración y el sótano no es accesible.
Un poco más acá… Uy, cuidado. Todavía te podés encontrar algún vendedor de chocolate Hamlet perdido que no encontró la salida. En el mismo hall, colgada entre dos columnas, tenemos la tele con sus seiscientas pulgadas.
La casa cuenta con varios baños, entre los cuales solo dos tienen ducha y el resto, los más grandes, tienen varios cubículos de inodoros o mingitorios para el día que quieras hacer una fiesta.
Más atrás tenemos el patio techado de miles de metros, con techo de hierro en y zinguería con varios paños traslúcidos como para darle luz y vida a este patio cerrado hermoso.
Además, el patio está organizado en tiras de jardín bajas y tiras de construcción altas, creando un juego de niveles y alturas interesantísimo. Cada tira de construcción tiene su propia panchería y kiosco como para que no tengas que moverte mucho si querés tomar un panchito.
De fondo, la vista de un jardín abierto que se pierde hacia el fondo. Eso sí: no tiene pared, así que sugerimos a quien la compre que instale alarmas, dado que desde las calles se puede acceder a este jardín lineal y en la zona se consume droga de mala calidad.
Muchas piedras que cubrían antes esos espacios donde ahora está el jardín ahora te sirven para protegerte en caso de invasiones por el jardín.
Por último, en la remodelación dejamos estas vías, por si tenés un tren para viajar por ellas y llegar, por ejemplo, a esta casa que acabamos de vender en Temperley, o a estos monoambientes que hicimos en los talleres de Remedios de Escalada.
¿Te gustó esta propiedad? Contactanos para agendar una visita, y conocer tu próxima casa.
