45. Padres ajustadores

17 de febrero de 2024 | Enero 2024

La reducción de salario se sentía en la familia Becerra. Ramiro y Danila ya no podían sostener el nivel de gasto que tenían hasta el momento en que se les informó que tenían dos opciones: aceptar un recorte voluntario o un despido a pelear indemnización en la justicia y buscar trabajo en algún lugar nuevo.

Ante ese panorama y la poca oferta laboral no quedó otra opción que aceptar el sueldo depreciado y tratar de cuidar los pesos que tenían para no recurrir a los ahorros.

El problema era, en realidad, reacomodar las cuentas de sus tres hijos adolescentes, criados con condiciones de clase media relativamente bien parada, a un escenario que no les caería en gracia.

Eligieron la mano dura como método y un recorte total de los «préstamos» excedentes de las mensualidades con las que ellos se manejaban las salidas, las actividades y algunos gustos. A cambio, los chicos estaban, de alguna manera, obligados a realizar tareas en la casa y aprobar las materias del colegio.

La noticia del recorte les cayó pésimo. Era evidente que, con apenas la mitad de lo que solían recibir, resultaba imposible seguir disfrutando la vida, aún sin grandes lujos.

—Pero no voy a poder pagar las clases de música —se quejó el mayor.

—Y yo tampoco las de baile —reprochó el del medio.

—Yo no me voy a poder comprar todos los días las medialunas de jamón y queso —agregó el menor.

Después de eso también advirtieron que no podrían salir con los amigos a fiestas, boliches y juntadas todos los fines de semana. Y en algunas no podrían poner plata para la cerveza, la gaseosa o lo que hiciera falta.

Para los chicos fue difícil. En un principio intentaron negociar que sus padres hicieran el esfuerzo y luego ellos podían devolverles la plata haciendo changas en los meses que no tenían colegio o, en el caso de los mayores (que ya estaban cerca de egresarse), buscar un trabajo tiempo completo al terminar de cursar. Pero la respuesta fue tajante: «no hay plata». No tuvieron más opción que dejar sus deportes y actividades artísticas y perdieron años de desarrollo en esos planos así como también sus profesores lamentaron perder aprendices e ingresos.

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