El día que empezaron con esta guerra que armaron, todos le salimos a bancar la parada a los Gómez. Piru y Melisa viven allá al otro lado de la vía. Me acuerdo que estaba casi toda la cuadra ahí con ellos también. Algunos estuvieron un ratito, nomás, como para decir algo, y después se fueron.
Pero sí, estuvimos hasta la noche tarde. Porque no se sabe con esta gente, los Villalba, que son unos paraguayos bravos, más negros que el culo. Entonces, viste, nos daba la sensación de que había que estar ahí para hacer el aguante.
Yo fui con el Facu y mis hijos, Lauti, de diez, y Milagros, de seis. Porque estaba todo el mundo, aunque al otro día se trabajaba y había colegio. Total, no iba a pasar nada, y no pasó.
Pero después me enteré cuál era el bardo entre los Gómez y los Villalba: los Gómez los acusaban a los paraguayos de ladrones de una moto, una cosa así. Y los Villalba decían que no eran ladrones y se pudrió todo porque lo agarraron al Piru entre un par de los Villalba y lo dejaron partido.
Ahí salimos todos. Esa noche fue, creo. O la otra. Nunca me dijeron bien. Ese fue el comienzo de toda la historia. Y por eso salimos, como para que los Villalba no los mataran al Piru, a Rocky, al Brian.
Una tarde, en medio de todo el quilombo, yo lo vi al Oscar, el padre del Piru, salir con la moto disparando para que no lo agarraran.
Cuando los Villalba rancheaban en la puerta, los Gómez no podían ni andar que se armaba. Y los Gómez, entonces, se empezaron a hacer los que ellos también rancheaban, pero era cuando sabían que los Villalba no estaban.
Y como estaba así picante, los de ahí de la cuadra, y alguno de la vía para acá también, eh, se sumaron a hacer como una guardia, le decían. Pero al final era como una policía ahí contra los Villalba.
Entonces eso ya no me gustó. Que se ponga como de la gorra la cosa, ahí yo ya… no te banco, viste. Tantos chicos conocidos que están en situación… Y vos te armas una yuta. No me parece.
Además, es como decía acá el Omar, el mecánico: es cosa de ellos también, de repente. ¿Los Villalba se la tienen que bancar solos y a los Gómez los tiene que salir a defender todo el mundo? ¿Cómo es? Nada que ver.
Tanto la jugás de víctima y, al final, los pobres paragua que antes ranchaban, tomaban algo, pibes tranquilos, ahora no pueden ni estar porque a los alma de gorra estos se les ocurrió que todos tenemos que meternos en sus quilombos, ¿viste? No es así.
Omar me dijo: “las que se hacen la mosquita muerta son así, te enroscan en su plan. Y también se merecen un cachetazo”, y tenía razón. Así que ahora, viste, capaz que armamos una colecta para los Villalba, a bancarles un toque todo el garrón que se están comiendo, viste.
