413. Cambiar el pasado

28 de enero de 2025 | Enero 2025

Tengo una buena noticia para el mundo y una mala para ustedes, zurdos de mierda. Les aviso que ahora, después de que ustedes se creyeran este año que estaba trabajando en mejorarles la vida, en realidad dediqué todos los recursos del CHORICET a la creación de una máquina mensajera del tiempo que les va a abrir el culo como un gasoducto de Vaca Muerta. No les va a alcanzar la Adermicina…

Yo estaba sentado en el sillón de Alberdi cuando vino mi fiel amigo, algo baboso por demás, digamos. Entonces, o sea, lo acaricié, y me sugirió: “¿por qué dar la batalla cultural a futuro si podemos hacerla hacia el pasado?”. Siempre tan brillante.

Ahí diseñé el modelo y lo mandé a desarrollar bajo siete llaves. Lo puse a cargo al coloso de la inteligencia artificial y la mecánica cuántica. Él solo podía lograr que sucediera pronto.

Menos de un año de trabajo. Aunque me aclararon que lo más probable es que pueda usarla solamente una vez y por un tiempo de quince minutos. Algo hicieron mal estos chorros. Pero también es muy probable que, desde ese punto que yo visite, se abra otro puente hacia el pasado para que utilice el que yo visite.

Y me dije: “¿cómo resolvería el genio mundial del momento esta situación?”. Digamos, finalmente soy el único que puede solucionarlo todo.

Lo hablé con mi hermana y ella tenía razón: mi oratoria está hoy en su mejor momento. A ver, o sea, logré convencer a tres cuartos de los argentinos de apoyarme contra la casta corrupta hija de puta… me hacen apretar los dientes. Sin dudas podría convencer a otro de resolver un problema anterior del país.

La máquina me permite hacer una visita a una persona cualquiera en cualquier lugar y horario donde se encuentre, en cualquier punto del pasado. Solamente tenía que pensar bien cómo funcionaría la cadena.

Pensé en ir primero contra Hebe de Bonafini, convencerla de que no empezara a romper las pelotas con buscar al terrorista de su hijo. Decirle que si esa lucha existía, entonces los militares se quedarían para siempre y asesinarían a todos los jóvenes zurdos de mierda… pensándolo ahora, no suena tan mal.

Bueno, pero para ella sí. Entonces que después la vieja montonera visite a Evita con otra historia de que no de el voto femen… eso. Después, Evita a Yrigoyen para que no salga la ley de ocho horas de trabajo.

De ahí a Sáenz Peña, para que no largue el voto popular. Otro gran problema y fuente de poder de los corruptos: que los vota la gente que no entiende nada. Todos burros.

Luego a Sarmiento para que no gaste fortunas en educar a esos burros, y así hasta San Martín para que no nos libere de los europeos, que eran, sin lugar a dudas, mejores que los argentinos. Brillante.

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