30. Mudanza

17 de febrero de 2024 | Enero 2024

—Menos mal que se fue esta mina, no iba más —se relajó el presidente con su hermana—. ¿Viste que iba para un lado y para el otro, recorriendo todas las habitaciones? Para mí es que quería sacar alguna información para venderle a los medios, o algo así.

—Puede ser lo que decís —contestó Karina—. ¿Tanto te va a emocionar estar en la Quinta de Olivos? Igual no sé bien para qué seguís con ella… —hizo cara de asco mientras se abrazaba a la almohada casi escondiéndose detrás de ella—. Como que ya pasó el momento de juntar votos y todo eso.

—Pero si me separo ahora se va a notar que era armado. O sea… Ya sabés cómo es esto. No te pongas celosa.

—Entonces no andes saliendo en la tele metiéndole la lengua hasta la garganta…

—Kari, por favor…

—Bueno, digo, nomás.

—Vos sabés que no me genera nada —el presidente usó la voz tan grave como pudo.

—Sí.

—¿Te gustó la cena?

—Mmm. Maso —contestó ella frunciendo la nariz— ¿A vos?

—Sí, digamos… era rico, pero para ser milanesa con fideos no podés ponerle tan poca manteca, ¿no?

—A mí me salía mejor.

—No me caben dudas… Estábamos mejor en el hotel.

—¡Este debe ser dos estrellas! —se rio Karina—. Las sábanas no me gustan. Están como acartonadas.

—Es por el suavizante que usan. Es más… —hizo una pausa para pegarle una esnifada a la almohada—. Es el mismo que yo usaba cuando estaba en Almagro, en el departamento. 

—Sí, ¿no?

—Voy a pedir que lo cambien. ¿Sabés qué creo? Que acá los chicos van a ser muy felices.

—¡Vi las jaulas! —contestó Karina emocionada—. Van a estar súper cómodos. Y yo misma, si estoy acá, voy a sacarlos por turnos a jugar y correr por el parque.

—Estuve pensando que podríamos pedirle a Iñaki y Euge que se encarguen de eso. ¿Qué te parece?

—Él va a pensar que es poca cosa para su arrogancia y yo creo que es demasiado valor puesto en manos de ella. Pero si a vos te parece…

—No, o sea, digamos… es una idea, nomás. Tenemos tiempo para definirlo. Estas semanas van a estar pesadas con la ley en el congreso. Mejor nos vamos a dormir ¿te parece?

—¡Sí! —contestó ella con un festejo aniñado acurrucándose contra el cuerpo de su hermano—. Buenas noches, Javi.

—Buenas noches, hermanita —saludó y apagó la luz para luego acurrucarse juntos.

Compartí este pasquín

¿Querés recibir un correo electrónico con los pasquines que se publican en el blog?

Suscribite completando tu nombre y correo electrónico.

Loading

Importante: Te va a llegar un email que tenés que abrir para confirmar tu correo.