La Parrilla Boutique, especializada en carne premium, estaba casi vacía, como si hubiera sido cerrada para los dos hombres sentados a una de las tres mesas ocupadas de las más de veinte ya dispuestas para recibir comensales.
El señor de traje había pedido un bife de chorizo de seis centímetros de alto con papas rejilla, y el de pulóver atado al cuello, un lomo al champiñon con papas noisette, para resolver algunos negocios al mismo tiempo que celebraban la llegada del nuevo año.
-Pensé que te ibas a pasar las fiestas a Punta con la familia -dijo el de traje.
-Sí, Rodo, recién llegué y me vine directo para acá, le cagué el primero al chofer pero bueno, le saco por un lado y le doy por el otro.
-Por el orto -se rio Rodo-. ¿En buque viniste?
-No, en avión. Me lo arreglaron justo hace una semana.
-Vos sí que no te podés quejar, Bertie, eh.
-Ahora que se fueron estos estoy de fiesta, casi. No quería dejar pasar la chance de brindar con vos el evento de hoy.
-Brindemos por el fin del decreto este de mierda.
-¿De nuevo?
-La otra fue por el año nuevo -corrigió Rodo con un dedo señalando al cielo-. Salud mi amigo.
-Por la libertad -brindó Bertie-. Te voy a pedir una caja de estos vinos, están exquisitos.
-¿Viste lo que son? Colección especial 2004, todas las uvas del mismo lote. No sé si quedan cajas pero si no, seguro te consigo de 2006. Escuchame, Ber. Yo tengo guardadas unas cuatrocientas toneladas para sacar ya mismo por el puerto de La Plata a Estados Unidos y Francia, que en este momento las están esperando, imaginate con qué ganas. ¿Vos podés hablar con el consorcio para que se encarguen ellos?
-Por supuesto, Rodo. Haceme llegar los datos y los incluimos.
-Gracias, Bertie, sabía que no me ibas a dejar colgado. ¿Vos cómo la ves? ¿Durará mucho la fiesta?
-¿Y por qué no? La gente lo votó… -Bertie se encogió de hombros.
-Sí, pero no van a poder pagar un kilo de carne.
-¿Cómo que no? ¿El pollo qué es? Tranquilo, Rodo. Ahora, si la cosa se mantiene unos meses, yo empiezo a largar un par de pesos para que vuelvan los parripollos, que los medios le encuentren más beneficios y que digan que la carne da cáncer y esas cosas. Y si quieren comer carne que la paguen lo que vale.
-¿Te parece que va a andar?
-Pero olvidate, querido. Olvidate. Si Riusech, Solassi, Borrell y Braun están todos adentro.
-¿Y los brazucas?
-Por favor, Rodo, éstos son brasileros -sonrió de costado-. Ellos son un poquito más cautos pero vas a ver que van a entrar como locos. Ahora en unos días tienen reunión con el gobierno y se va a arreglar todo. Ahí viene el mozo. Mirá vos, qué pinta tiene todo. Muchas gracias -festejó Bertie al mozo.
