208. Masacre en el puticlub

5 de julio de 2024 | Julio 2024

Aprovecho que no está tu vieja y te cuento ésta. ¿Sabés la del puterío donde trabajaba? No la sabés, ¿no? Yo tendría veinti… ocho, veintiséis, una cosa así. No había celular, nada. Me habían puesto de cuidador de las chicas ahí. Era teniente, pero… de civil. Ahí adentro, de civil. Teníamos un convenio que había arreglado el jefe, Salas. Cuidábamos, sí, pero después… lo que queríamos. Se armaba cada partusa que no te imaginás.

La Mari era la madama, la que manejaba todo. Nunca entendí bien, pero creo que era la dueña, o algo así. Ella había arrancado ahí desde que existía. Eran todas argentinas, nada de paraguayas, peruanas, nada. Cuando me mandaron a mí, ella ya no trabajaba, solamente atendía, te conseguía alguna cosa y listo. Tendría cuarenta y algo, por eso alguna que otra decía que era vaguita. Así le decía, “la vaguita”.

Después había otras chicas que estaban hacía mucho… diez, quince años. Una de esas era la Tinti, que le decían así porque chupaba mucho vino. A veces la veías con todos los dientes violeta y un aliento que te mataba. Me acuerdo que venía y me tocaba el fierro, viste, con los clientes ahí nomás. Le gustaba el fierro, como que la calentaba.

Cuestión que un día viene la Tinti y le dice a la Mari que consiguió un arreglo mejor con la otra comisaría. Es así: el puterío estaba en nuestra jurisdicción por veinte metros. Era cruzar la calle y ya era de la octava. Y había un arreglo, viste. El territorio es de cada uno y no se toca.

Pero como se estaban serruchando el piso arriba, en jefatura, por una interna que nunca entendí, la cuestión se resolvía abajo. Un comisario de uno, otro del otro. Y el de la octava le quiso cagar el puterío a Salas. Entonces arregló con la Tinti, que empezó a moverse por abajo, y cuando juntó un par le dijo a la Mari que querían pasarse a la otra comisaría.

Yo estaba ahí, porque se lo vino a plantear ahí en la mesa de la Mari, pero no de la cocina, ahí en el salón. Para qué… se armó una tangana… “Cuando vos te chupaste tu primera pija yo ya estaba manejando esto, negra culo roto” le grita la Mari y empezó el tole tole.

En eso pasó algo… Ja. Pará que me tenté. Sale una que le decíamos la Jorge, porque era como un trava casi más… Y dice “eh, que no me dejan trabajar, que se le baja la pija al viejo”… Ja. El tipo, en medio del quilombo, la mandó a la Jorge a quejarse. No le dieron bola.

Yo cuando vi que la cosa se desmadraba, que ya un par de clientes faloperos se empezaron a meter en la pelea, avisé a la comisaría. Claro, porque, además nos querían birlar el negocio, tenía que avisar sí o sí. Me fui atrás de la barra, llamé, y entre el quilombo no se entendió nada lo que dije.

Cayeron mis compañeros de la séptima, entraron así ¡pum! ¡pum! ¡pum! Y ahí se pudrió todo. Esa noche tuvimos que limpiar todo con las chicas.

Y de ahí, por esa noche, hicieron la canción… Claro, si yo se la conté al Indio, nene. Y, sí. ¿Viste qué groso que es tu tío? Andá, andá a hacer la tarea. No le digas a tu vieja que te conté, eh. Esto queda entre nosotros.

Compartí este pasquín

¿Querés recibir un correo electrónico con los pasquines que se publican en el blog?

Suscribite completando tu nombre y correo electrónico.

Loading

Importante: Te va a llegar un email que tenés que abrir para confirmar tu correo.